Amar o no amar, he aquí la cuestión.

Es muy fácil decir «te quiero» o «te amo». Al fin y al cabo son sólo palabras. Pueden salir de nuestra boca con sólo articularlas. Ahora bien, como dicen aquí en España «del dicho al hecho, hay un trecho», y «las palabras se las lleva el viento».

Todas las personas necesitan amor, anhelan un amor desinteresado, perfecto, incondicional y que llene su corazón. Todos queremos recibir amor pero ¿Estamos dispuestos a darlo?.

Decir palabras bonitas es relativamente fácil. Pero amar no es fácil . Requiere esfuerzo, paciencia, generosidad, tiempo, enfocarse en la otra persona, ser abnegado. Amar requiere entregar un pedazo de ti mismo. Cuando amas entregas todo lo que eres y lo que tienes sin esperar nada a cambio, pero es fácil, porque amas.

Fue facilísimo enamorarme de mi esposo, Dios me confirmó que él era el hombre para mí, y eso le dio alas a mis emociones. Viví el noviazgo posada en una nube en forma de corazón. Sin embargo no fue fácil trabajar con las diferencias en el matrimonio. En las pruebas y dificultades he comprobado que Dios es fiel y que el amor verdaderamente cubre multitud de defectos (faltas). El amor es como el menisco en la rodilla. Si no lo hay, la rodilla igual funciona, pero notas un gran dolor a cada paso. Es como el protector solar, puedes tomar el sol sin ponértelo, pero después.. ¡ay!. Es como el aceite en el motor del coche, como el aceite al freír huevos, como.. bueno, te haces una idea ¿no?

Ahora bien, no todas las demás personas han sido tan fáciles de amar. Últimamente hemos tenido un gran desafío como familia: aprender a amar a dos niñas de acogida. Pensé que sería casi automático, pero no es así. Dos niñas pequeñas que vienen de circunstancias difíciles. Sí, inspiran compasión, les tengo cariño, pero el amor es otra cosa. Cuidar de ellas no me ha hecho amarlas. Llevabamos más de un año en la lista de acogedores hasta que salió la opción de éste acogimiento. De una semana para otra eramos 6 en casa. Lo afrontamos con ilusión y ganas, pero se fueron desvaneciendo. La primera semana rompieron varios juguetes de los más caros de nuestra hija Emma y revolvieron la casa entera. Cambió nuestra rutina, el orden de los muebles y los armarios, las normas de la casa, el nivel de ruido, el menú, las tareas de cada uno y sobre todo los horarios.

Las carencias de las niñas se convirtieron en un trabajo a jornada completa. Repetirles una y otra vez las mismas cosas sin que parecieran aprender nada me fue pasando factura. Poco a poco la ilusión y las ganas se fueron sustituyendo por cansancio y frustración. Cuando buscaba la razón para ésto me di cuenta de algo. Algún día volverán a su casa así que en algún momento tomé la decisión inconsciente de «no amarlas demasiado», ya que (como no para de repetirme todo el mundo) cuando se vayan puedo pasarlo muy mal. Sin embargo, no amarlas hace que lo pase mal ahora, porque no hay amor para suavizar el desgaste de la situación.

Si no amas puedes ahorrarte algún tipo de sufrimiento futuro ante el abandono o las decepciones, pero si no amas, sin duda se incrementa el sufrimiento del presente porque comienzas a acumular frustración, que a su vez trae ira, que a su vez trae rencor, el cual es pecado. Así que he decidido amarlas. Aunque algún dia cuando se vayan duela, el amor de Dios también sanará esa herida. Poco a poco esas cosas malas que recogí por el camino van desvaneciéndose, la carga se va haciendo más ligera, aunque sigue siendo un desafío y algo en lo que tengo que trabajar.

El amor es una decisión por encima de un sentimiento. Nuestras decisiones afectan directamente a lo que pensamos y lo que pensamos afecta directamente a lo que sentimos.

Jesús dijo que su yugo era fácil y su carga ligera, y no creo que hablara metafóricamente. Sé que llenos del amor y del poder del Espíritu Santo nada pesa porque su amor es el bálsamo de gozo, como esas gafas color de rosa que parecen ponerse los enamorados. ¿Que locuras has hecho por tu amad@? ¿Te costó? ¿Fué un gran sacrificio para ti? ¿O más bien se te hicieron cortos los años de trabajo por él/ella ya que l@ amabas?. Así deberíamos ser servir a Dios (y por tanto a los demás, ya que ese es nuestro servicio a Dios). Un amor que no cuesta, que no pesa, que es un gozo y un privilegio cada día. Podemos amar a los demás porque Dios nos amó primero. Si cuesta, es que aún falta amor.  ->Señor perfecciónanos en tu amor<-

¿Hay alguien en tu entorno a quien sea difícil de amar? ¿Quizá en tu familia?. ¿Alguien  que te ha hecho daño?. ¿Alguien de la Iglesia que piensas que «no durará mucho aquí», o «seguro que éste es de los que se enfadan por tonterías y se van»?.  ¿Alguien con quien parece que no encajas aunque lo intentes?. ¿Alguien que, sepas o no el porqué, simplemente te repele como persona?.

Recuerda que eres amado:

  • Porque de tal manera te amó Dios que ha dado a su hijo unigénito por ti. ❤
  • Yo los he amado a ustedes tanto como el Padre me ha amado a mí. Permanezcan en mi amor. Juan 15:9 NTV
  • Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios.
    1 Juan 4:1
  • En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.1 Juan 4:9-10
  • Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.  1 Juan 4:16 NVI
  • Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8: 38-39
  • Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Salmos 103:13 NVI
  • Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) Efesios 2:4-5.

Recuerda el llamado:

  • «Amad a vuestros enemigos» Lucas 6:27
  • «En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo» 1 Juan 4:18
  • «El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.» 1 Juan 4:8 NTV
  • «Si alguno dice: yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso.» Juan 4:20
  • «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros». Juan 13:34
  • Hagan todo con amor. 1 Corintios 16:14 NVI

No es tu amor, es el de Dios. y Todo lo puedes en Él que te fotalece

El sello del Espíritu Santo.

El sello del Espíritu Santo.

La palabra de Dios compara al Espíritu Santo con muchos elementos diferentes, cada uno con una simbología diferente que nos describe lo maravilloso que es poder contar cada día con su presencia en nuestras vidas.

EL ESPÍRITU SANTO ES:

*FUEGO: Para quemar lo que no sirve, para llenarte de valor para testificar, para darte poder e iluminar tu vida. Mt. 3:11.

*VIENTO: Para empujarte suavemente en la dirección correcta con su silbido apacible. Jn. 3:8.

*AGUA: Para limpiar tu alma, para saciar tu sed espiritual, para refrescarte. Jn. 7:37-39.

*ACEITE: Para sanar tus heridas, para perfumarte. Lc. 4:18; Heb. 1:9.

*PALOMA: Para tratarte en forma delicada y sensible, pero es fácilmente contristado. Mt. 3:16.

*VINO: Para alegrar tu corazón. Hch. 2:4, 12-13; Ef. 5:18.Salmo 104:15

Todas éstas características del Espíritu Santo tienen que llenarnos de alegría porque ese es el Espíritu Santo que cuida de nosotros cada día con amor y paciencia. Sin embargo quiero centrarme en una comparación que acabo de descubrir. Y es que el Espíritu Santo es sello. Ef. 1:13, 2ª Corintios 1.22,Daniel 6.17.

El símbolo del sello simboliza varias cosas:

  • El sello denota una transacción terminada, en los tiempos de la Biblia el sello demostraba la propiedad. El Espíritu mismo es el sello que Dios el Padre pone en el corazón del creyente a fin de asegurarle la certeza de una transacción completa. Hemos sido comprados y el Espíritu Santo es EVIDENCIA de nuestro nuevo dueño y de nuestro nuevo estado.
  • El sello es puesto sobre una cosa de valor y demuestra que algo es genuino, incambiable y de gran valor. Comprar un chicle no requiere de sello alguno, pero los objetos valiosos necesitan de certificados de autenticidad sellados. Somos valiosos ante Dios, Él nos tiene bien localizados y certificados.
  • El sello también daba autoridad, y prometía seguridad. Dios con su autoridad ha autorizado nuestra compra, nos ha garantizado que le pertenecemos y que estamos autorizados a ejercer como sus hijos con todo lo que ello implica. Ante los ataques del enemigo podemos mostrarle nuestras «escrituras de propiedad» selladas y él pierde automáticamente su poder. Está indefenso ante la autoridad de Dios.

Cuando compras una casa la acomodas a tu gusto, la reformas, limpias, traes muebles nuevos, pintas y un largo etc. Haces todo eso porque quieres que la casa esté bonita y poder disfrutar tu nuevo hogar. Cuando el Espíritu Santo nos corrige, nos enseña, nos cambia y nos limpia, a veces nos duele. Sin embargo esas «reformas de propietario» que Él hace son evidencia de que 1- Somos suyos 2- Él nos ama 3- Él va a quedarse con nosotros para siempre.

LAS REFORMAS DOLOROSAS QUE DIOS HACE EN NUESTRA VIDA SON EVIDENCIA DE SU AMOR

 

 

 

LAS COMPARACIONES SON…

Algo que hacemos muchos cristianos, a veces sin darnos cuenta, y la mayoría de las veces en silencio, es compararnos los unos con los otros.

«Pepito es más espiritual que yo», «Lola tiene varios dones y yo no estoy segura de tener ni uno», «Pareciera que  a Juanito Dios le susurra las cosas directamente al oído, conmigo no hace lo mismo», «Margarita dijo que sintió la presencia de Dios, pero yo no sentí nada, ¿Dios me habrá abandonado, estará enfadado conmigo?» o pensamientos similares pueden cruzarse por nuestra cabeza. (También están los del extremo opuesto «gracias Dios porque no soy como ese publicano», pero hoy vamos a centrarnos en los que se comparan y siempre se ven menos que los demás.)

A veces también comparamos las «manifestaciones» del Espíritu Santo sin darnos cuenta de que cada persona se expresa de forma diferente. Por ejemplo: si a una persona muy expresiva le hacen un regalo que le encanta, puede saltar y gritar de alegría porque se expresa conforme a su carácter. Sin embargo si a una persona tranquila le regalan algo, aunque le encante igual que a la otra persona, va a expresarlo de una forma mucho más tranquila. A veces el tranquilo mira al expresivo y dice «vaya, su regalo debe ser mejor que el  mío» cuando no es cierto.

Si yo envío un email a mi madre, me tomo un café con mi padre, mando un whatsapp a mi hermana y llamo a mi hermano por teléfono:  ¿Con quién me he comunicado?. Con todos ¿Verdad?. A todos les he hecho saber que los recuerdo, que los quiero y a todos les he transmitido información.

A algunas personas Dios les habla por sueños, a otras por visiones, a otras mediante su palabra,  a otras con voz audible, a otras les hace entender mediante su razonamiento, a otras mediante palabra profética, a otras les habla en tormentas, a otras en viento apacible, a otras mediante animales, zarzas, y tantas cosas más…. Y ¿con cuántos se ha comunicado? Con todos. Entonces, ¿porqué a veces pensamos que Dios hace distinción entre unos y otros?.

Creo que Dios nos habla de diferentes formas cada día, Él no está limitado a lo que nosotros pensemos que Él es o lo que pensamos que Él tiene que hacer. A veces nos habla en silbido apacible pero como no esperamos escucharlo ahí, no prestamos atención y Él tiene que enviar un huracán para llamar nuestra atención. Creo que Dios nos habla en la forma que sabemos escuchar, pero nos toca a nosotros afinar el oído y aprender a distinguir su voz entre otras voces. Nos toca estar atentos, vigilar y orar.

Piensa en las veces que Dios te ha hablado, ¿qué forma usó la mayoría de las veces?.  Ejercítate en escuchar y discernir especialmente en esa área.

El origen de ésta clase de comparaciones y las envidias está en la baja autoestima. En el demasiado bajo concepto de uno mismo. La palabra dice que debemos amar a Dios, al prójimo y a nosotros mismos. Pero muchas veces olvidamos esa última parte. Tienes que amar al prójimo como a ti mismo, y eso no es posible si no te amas a ti mismo.

La sana autoestima de un creyente está en lo que Dios dice que tú eres. Afírmate en la verdad de la palabra de Dios.

Soy la sal de la tierra, Mateo 5:13
Soy la luz del mundo, Mateo 5:14.
Soy parte de la vid verdadera y un canal de la vida de Cristo, Mateo 15:1,5
Soy amigo de Cristo, 15:159
Soy elegido por Cristo para llevar su fruto (15:16)
Soy siervo de la justicia (6:18)
Soy hecho siervo de Dios (6:22)
Soy hijo de Dios; espiritualmente, Dios es mi padre (8:14, 15; Gálatas 3:26; 4:6)
Soy coheredero de Cristo, compartiendo su herencia con él (Romanos 8:17)
Soy templo morada de Dios. Su Espíritu mora en mí (3:16, 6:19). Estoy unido con el Señor y soy
un espíritu con él (6:17). Soy miembro del cuerpo de Cristo (12:27, Efesios 5:30)
Soy una nueva creación (5:17)
Estoy reconciliado con Dios y soy ministro de reconciliación (5:18 y 19) e hijo de Dios (1:12)
Soy hijo de Dios y uno con Cristo (3:26,28)
Soy heredero de Dios, pues soy hijo de Dios (6 y 7)
Soy un santo (1:1, 1ª de Corintios 1:2; Filipenses 1:1, Colosenses 1:2)
Soy hechura de Dios, su obra especial nacido de nuevo en Cristo para ser su obra (Efesios 2:10)
Soy conciudadano del resto de la familia de Dios (2:19)
Soy prisionero de Cristo (3:1, 4:1)
Soy justo y santo (4:24)
Soy ciudadano del cielo, sentado en el cielo ahora mismo (3:20; Efesios 2:6)
Estoy escondido con Cristo en Dios (3:3)
Soy la expresión de la vida de Cristo porque él es mi vida (3:4)
Soy escogido de Dios santo y amado (3:12, 1 de tesalonicenses 1:4)
Soy hijo de Dios y no oscuridad (5:5)
Soy santo participe del llamamiento espiritual (3:1)
Soy participe de Cristo comparto su vida (3:14)
Soy una de las piedras vivas de Dios siendo edificado en Cristo como una casa espiritual (2:5)
Soy miembro del linaje escogido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por
Dios (2:9 y 10)
Soy un extranjero en este mundo en el cual vivo temporalmente (2:11)
Soy enemigo del diablo (5:8)
Soy hijo de Dios, y seré como Cristo cuando él regrese (3:1 y 2)
Soy nacido de Dios, y el maligno o diablo no puede tocarme (5:18)

En palabras de Rick Warren:

«Tu fe se fortalecerá tanto como centres tu identidad en Cristo (Gálatas 2).

Lo que esto significa es que tú abandonas cualquier imagen de ti mismo que no provenga de Dios. Tú dejas de aceptar lo que otros han dicho sobre ti, cómo otros te han etiquetado, y cómo otros te han definido.

Comienzas a creer lo que Dios dice acerca de ti, que Él está satisfecho con la forma en que te ha creado, y como Dios te define. Tú no estás definido por tus sentimientos. Tú no estás definido por las opiniones de los demás o por tus circunstancias. Tú no estás definido por tus éxitos o fracasos. Tú no estás definido por el auto que conduces, el dinero que ganas, o la casa que dices que posees cuando en verdad el dueño es el banco.

Tú estás definido por Dios y sólo Dios. Él te identifica como propio. (2 Corintios 1:22)

La cosa es, si tú no sabes quién eres, entonces eres vulnerable a lo que otras personas dicen que quien tú eres. Pero en concreto, lo sólido, la verdad en el evangelio es que tú eres quien Dios dice que eres, y nadie más tiene un voto en el asunto. Este “problema de identidad” es una parte importante de vivir la vida abundante. Jesús fue capaz de hacer frente a las demandas increíbles de su misión, porque Él sabía exactamente quién era. Él sabía que le importaba a Dios, y eso le dio confianza para seguir el propósito de la fe.

Ahora tú estás identificado con Cristo, y tienes el poder del Espíritu Santo dentro de ti. Eres un hijo precioso de Dios, y Él te ha creado de una manera que a Él le agrada.»

La baja autoestima lleva fácilmente a la envidia. Ejercítate en ver lo que Dios hace en ti, lee cada día la lista de versículos que te recuerda quien eres en Cristo, y a medida que tu autoimagen vaya cambiando descubrirás que no tienes motivos para envidiar a nadie. Eres hijo amado de Dios y  Él te ama sin medida.

El dicho dice «las comparaciones son odiosas», y es que con el único que debemos compararnos es con Cristo, ante cuya majestad sólo podemos humillarnos. Y la única imagen con la que debemos compararnos es con lo que Él dice que somos, ante lo cual sólo podemos estar agradecidos.

Pecadores Anónimos

Pecadores Anónimos

¿Alguna vez habéis visto una reunión de Alcohólicos Anónimos (A.A.)? ¿Aunque sea en una película o una serie?. Existen otras clases de éstos grupos de apoyo, narcóticos anónimos, ludópatas anónimos, etc. En éstas reuniones hay una parte en la que cada uno habla de su situación, y es obligatorio comenzar de la siguiente manera:  «Hola, me llamo _____ y soy alcohólico.» A continuación cuentan cuánto tiempo llevan sin beber, si han recaído, y su situación desde la última reunión. En éstas reuniones todas las personas asistentes tienen el mismo problema, el alcohol, y aunque lleven mucho tiempo sin beber siguen asistiendo y confesando «soy alcohólico». Esa su forma de confesar que aunque en éste momento se encuentren fuertes, no están exentos de caer. Es un grupo de iguales en el que se animan, apoyan y aconsejan unos a otros con sus experiencias. Es un grupo en el que está prohibido juzgar, porque nadie está libre de pecado, nadie puede tirar la primera piedra (1). Cuando llegas al grupo se te asigna una persona de contacto a la que llamar cuando estás a punto de caer en la bebida de nuevo y que va a hacer todo lo posible por verte, distraerte, animarte, y que pase ese momento de bajón, de tentación.

Durante mucho tiempo he pensado que la Iglesia debería parecerse a Alcohólicos Anónimos en algunas cosas. Debería ser «Pecadores Anónimos».

1- Creo que deberíamos aprender a ser más abiertos acerca de nuestras debilidades y pecados, sin necesidad de entrar en detalles. Pablo habló muy abiertamente acerca de su vida pasada (2) y de su aguijón en la carne(3).  Aún sin especificar cuál era, habló muy claramente de que él no estaba exento de tentación y debilidad (4). Conozco personas cristianas que hablan de su pasado pecaminoso y se ríen, les causa gracia recordar ese pasado que debería avergonzarles. No debemos llegar a éste extremo tampoco, ni  hablar de ello de forma liviana, pero creo que es necesario mostrar nuestra humanidad a los demás, mostrar que no somos perfectos. Parece que cuando llevas unos cuantos años en el evangelio ya no puedes hablar mucho de tus luchas porque te sientes juzgado. En demasiadas iglesias se crea un aparente halo de perfección  alrededor de los miembros, los líderes o el pastor. Hay Iglesias que exigen perfección a sus líderes, lo cual los somete a un peso muy pesado que sólo Cristo pudo llevar. Hay líderes que aman tener una apariencia de santidad y perfección:  jamás piden oración por sus problemas, jamás hablan de los errores que cometieron y lo que aprendieron de ellos, etc. En algunos casos ésto provoca que las personas a su alrededor se avergüencen de hablar de sus debilidades y no reciban restauración.

Jesús declaró la guerra a la religiosidad y la hipocresía. Abiertamente criticó y condenó a los religiosos de aquella época.

En Mateo 23 tenemos algunas de las cosas que les echó en cara:

– Que mantenían una apariencia de perfección pero por dentro estaban llenos de corrupción.

– Que inventaban normas y leyes que cargaban a los demás.

– Que eran hipócritas, predicaban cosas que no cumplían.

– Que buscaban la aprobación y el aplauso de los hombres pero no el de Dios.

– Que impedían a muchos entrar al reino de los cielos.

– Que justificaban sus malas obras «teológicamente» con engaños sin entender la ley de Dios.

– Que daban más valor a los símbolos religiosos y las tradiciones que a la presencia de Dios.

Lamentablemente  muchos cristianos, predicadores  e incluso corrientes teológicas de hoy en día hacen éstas mismas cosas. Piensan cosas como:

«Si muestro tristeza por mi circunstancia es que no tengo suficiente fe»

«Si hablo de mi debilidad voy a ser juzgado, porque nadie más habla de sus debilidades»

«Para que la gente me respete tengo que mostrar una apariencia de perfección»

Si los líderes no somos humanos, seremos difícilmente accesibles para que los creyentes puedan acercarse, confesar sus pecados como dice la palabra(5), y ¡ser libres!. Creo que ésta es la razón de que haya tantas personas atadas por el pecado aún dentro de las Iglesias.

Según una estadística alrededor del 68% de los hombres que asisten a las iglesias accede a algún tipo de pornografía con regularidad. El 76% de éstos tiene entre 18 a 24 años de edad, y además, el 49% afirma conocer en totalidad o a la mayor parte de sus amigos que hacen lo mismo (6).

2- La Iglesia debería ser un lugar donde hay personas que cuando escuchan tu pecado no se escandalizan ni te acusan, sino que te llevan a la restauración. Escribí un poco acerca de ésto en el post de la semana pasada, leelo aquí: https://yoymicasablog.wordpress.com/2017/03/20/13-el-hijo-prodigo-se-queda-en-casa-parte-2/

Cuando la Biblia habla de nosotros como jueces, por un lado habla de que debemos juzgar, y por otro lado de que no.

Por un lado dice que juzgaremos al mundo, que debemos juzgar el pecado y expulsarlo de la Iglesia. (7)

Por otro lado nos dice que no debemos juzgar para no ser juzgados y que no tenemos excusa para juzgar. (8)

Si lees en detalle éstos pasajes, (por favor, hazlo), verás que cuando habla de no juzgar, pone un gran énfasis en la hipocresía, «no quites la paja del ojo de tu hermano si tienes una viga en el tuyo». Pero cuando habla de juzgar el pecado es tajante, no debemos permitir que se practique el pecado en la Iglesia, pero nuestra intención siempre debe ser la restauración de la persona. Debemos confrontar el pecado, con amor, pero confrontarlo. Sobre éste tema te recomiendo el estudio de Josué Barrios. (9) También debemos tomar medidas cuando una persona es confrontada de su pecado y no quiere arrepentirse.

Ahora bien, creo que hay personas que emplean una forma incorrecta de juzgar. Juzgar es señalar algo y decir «eso es bueno» o «eso es malo». Algunos piensan que juzgar significa hacer lo que hizo Jesús en el templo con las mesas de los cambistas. Jesús juzgó el pecado y a los hipócritas en muchas ocasiones usando muchos tipos de discurso oral: parábolas, sermones, preguntas, desafíos prácticos,  mandamientos y más formas. Jesús juzgó con sus palabras llamando a los fariseos «generación de víboras»,  y más. Pero solamente una vez se expresó en una forma.. digamos violenta. Por tanto debemos exhortar y enseñar a las personas de muchas formas, con paciencia, con sabiduría, y con discernimiento del Espíritu Santo.

Lo que podemos aplicar de A.A. es la humildad con la que corrigen y enseñan. ¿Has escuchado ésta frase? «predicar el evangelio es como cuando un ciego le dice a otro ciego dónde encontró pan». Hemos encontrado pan, hemos encontrado vida, hemos sido rescatados del lodo cenagoso y hecho nueva criatura y real sacerdocio en Cristo. Sin embargo no dejamos de ser ciegos= humanos, imperfectos.

Cuando un cristiano confiesa «hace 10 años que no consumo pornografía», «hace tres años que no bebo alcohol», «hoy he tomado la decisión de dejar la fornicación», está dando gloria a Cristo y se está convirtiendo en un testimonio vivo del poder de Dios para otros. El error que comenten muchos cristianos es negar que esa parte existió.

Un matiz, que creo que es obvio pero prefiero que quede reflejado, es que la ministración al pecador y  la confesión de los pecados es mejor que sean en un círculo cerrado y reducido de personas, que propicie la confianza y la restauración. Sin embargo el testimonio de nuestra lucha con el pecado y la victoria en Cristo, es sano que se haga de una forma pública cuando la persona está preparada= se siente libre, perdonada, y tiene la madurez suficiente para afrontar preguntas y ayudar a otros.

3- Cuando entras en A.A. te asignan una sombra, un apoyo, una persona a la que acudir. Sé que ese asistente es el Espíritu Santo para los creyentes. Sin embargo creo que, en especial durante esos primeros pasos en la fe,  se hace necesario tener una persona que te dirija. No se puede dar a luz un bebé y dejarlo a su suerte. Igualmente no se puede dejar un nuevo convertido sin el apoyo de decirle: «mira, aquí tienes ésta persona a quien llamar para lo que necesites».

Creo que se pueden extraer más enseñanzas pero lo dejaré aquí para que reflexiones por ti mismo. Dios te bendiga.

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1- Juan 8:1-11

2- Gálatas 1:13, 1ª Timoteo 1:13, Filipenses 3:6, 1ª Corintios 15:9

3-2ª Corintios 12:7-11, Romanos 7-8

4- Filipenses 3:12-14

5- Santiago 5:16

6- http://www.noticiacristiana.com/ciencia_tecnologia/estudios/2016/04/68-hombres-iglesias-pornografia.html

7- 1ª Corintios 6:2, Mateo 18:15-17, 1ª Timoteo 1:20

8- Mateo 7:1-5, Romanos 2:1

9- http://josuebarrios.com/biblia-sobre-juzgar/

Fantasía o realidad

Para empezar te quiero proponer un ejercicio: coge papel y boli y haz una lista. Escribe las cosas que piensas que no andan del todo bien en tu vida/familia/ministerio. Cuando acabes revisa la lista y anota al lado de cada problema cual crees que sería la solución al mismo. Sé sincero contigo mismo, quizá en alguno quieras escribir «ésto es imposible», escríbelo con tranquilidad.

Guarda ésta lista y sigue leyendo, volveremos a ella más tarde.

Conozco un pastor, llamémosle Fede, que me hizo darme cuenta de cómo hay veces que fantaseamos para no afrontar la realidad. Cada vez que hablábamos y salía un tema relativo a la Iglesia el decía cosas como:

– «Hay muchas Iglesias sanas en nuestra ciudad, no sé si la nuestra es necesaria».

– «Si los miembros de nuestra Iglesia se uniesen con esa Iglesia grande no habría ninguna diferencia»

– «El Señor quiere que su Iglesia sea unida, debería haber una sola Iglesia en nuestra ciudad».

Siempre así. Yo le escuchaba y le escuchaba hasta que un día de pronto me cansé de la misma cantinela. «Fede», le dije «por supuesto que sería maravilloso que no hubiera denominaciones ni divisiones en la Iglesia del Señor. Pero es una utopía, es inalcanzable mientras seamos imperfectos. Es un ideal bonito pero tienes que desecharlo de tu mente porque lo que estás haciendo es fantasear, y la fantasía te impide afrontar la realidad».  Los humanos no somos capaces de no discutir y estar en desacuerdo en algunas cosas. De todas formas es algo que Dios utiliza para el avance de su reino, hay diferentes tipos de Iglesias para diferentes tipos de personas. Existen Iglesias centradas en el evangelismo, Iglesias centradas en la obra social, Iglesias centradas en el trabajo juvenil, y todas tienen su razón de ser, todas alcanzan diferentes personas en la sociedad.

Me di cuenta que cada vez que Fede notaba algo que no iba bien en la Iglesia, su pensamiento se iba a ese escondite en su mente «esta Iglesia debería unirse con otras, así desaparecería el problema, así se arreglaría, así no tendría que enfrentarme a ello». Y si algo salía mal eso justificaba su fantasía «ésto no pasaría si sólo hubiera una Iglesia unida en mi ciudad». Además,  no tomaba realmente cartas en el asunto para arreglar la situación, su tiempo se iba en lamentarse de la situación y fantasear con una salida utópica e imposible.

Os pongo otro ejemplo. Conozco una mujer, llamémosla Fany, ella fantasea con morir. Su madre murió joven y ella tiene problemas de salud que se arreglarían con un cambio de hábitos de vida. Sin embargo, en vez de afrontarlo y hacer cambios en su vida, cada vez que se encuentra mal o le duele algo dice cosas como:

– «Bueno, si me muero ya sabéis donde están los papeles del seguro de vida».

– «Por si me muero esta noche, que sepáis que os quiero, yo me voy con el Señor».

– «Carlos, si me muero, tienes mi permiso para volver a casarte».

Tanto habla del tema que su esposo me ha confesado que a veces imagina cómo sería todo si ella muriese. Para ella, cambiar sus hábitos es un imposible tan grande que ha asumido su muerte como una salida, como un hecho. Piensa que es la solución. Obviamente la muerte es posible, pero no es la respuesta adecuada para resolver un problema.

Somos cristianos, hijos de Dios. Tenemos problemas y desafíos por delante, pero tenemos un Dios todopoderoso que abre caminos en medio del mar y que es fuerte en nuestras debilidades. A veces justificamos una falta de confianza en Dios con fantasías, ilusiones e imaginaciones. Éstas falsas creencias pueden hacerse tan grandes a nuestros ojos que llegamos a verlos como parte de la realidad. Pero son mentiras. En Dios siempre hay solución, Él siempre tiene fuerzas que darnos para seguir avanzando.

En los planes de Dios no está que la Iglesia de Fede desaparezca.

En los planes de Dios no está que Fany muera.

En los planes de Dios no está que tú seas engañado por fantasías, sino que con su poder y de su mano seas más que vencedor en todo aquello que vives día a día.

Lee otra vez la lista que has escrito al principio. ¿Hay alguna fantasía en ella? Quizá te engañas a ti mismo en esa área de tu vida y necesitas afrontarla desde un punto de vista más real y de fe.

Vamos a ver algunos tipos de problemas y su solución.

– INTERPERSONALES: Hay problemas que tenemos con otras personas, y por mucho que pongamos de nuestra parte, siempre queda la otra mitad del problema que depende de la otra persona. Debemos examinarnos ante Dios y poner todo de nuestra parte. yo suelo orar diciendo «Dios, si esto es culpa mía házmelo ver y cámbiame a mí, pero si es culpa suya haz lo mismo con él/ella». Si la culpa es tuya lee sobre ello en el siguiente punto, pero hay veces que no depende de nosotros, sino del otro, y en eso no podemos influir, de hecho puede que cuanto más lo intentemos peor vaya todo. Es un problema en el que la otra persona debe cambiar. La solución no es machacarlo psicológicamente con sermones constantes,  ni fantasear con que se muera, por fuerte que suene. El único que puede cambiar a otras personas es Dios. Si es inconverso, el enemigo puede estar obrando a través de él/ella para molestarte y Dios tomará control de esa situación a través de la oración. Si es creyente, el Espíritu Santo que está en él/ella puede corregirle y traerle al arrepentimiento y al cambio.

Tus armas: Oración y ayuno.

-INTERNOS: Lucha con el pecado, lucha con el carácter, temores, inseguridades, depresión y un largo etcétera se presentan como grandes gigantes en nuestras vidas. Podría citarte muchísimos versículos para ésto pero reduzcámoslo a dos.

Juan 8:32 RV1960″ y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».

La mentira te ata, y la fantasía no es una excepción. La mentira te impide avanzar y tomar las soluciones que están delante de ti. La mentira puede llegar a tener raíces tan profundas en tu vida que te impida completamente ver la verdad, pero eso no cambia que es una mentira. La lectura de la palabra de Dios no es un mero rito, la palabra de Dios tiene poder transformador. Cuando el Señor nos dice «pensad en todo lo bueno, lo justo y lo puro» y » pon éstas palabras en tu mente y tu corazón», está diciendo que su palabra, su verdad, tiene que estar en nuestra vida presente en todo momento de tal forma que llegue hasta nuestras emociones, hasta nuestro corazón.  Si la verdad está escrita en nuestro corazón las mentiras pierden su poder sobre nosotros.

Romanos 12:2 NTV No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

El antídoto para cualquier clase de problema interno está en la palabra de Dios. Si nuestra manera de pensar cambia por medio de la palabra y del poder del Espíritu Santo, toda nuestra vida cambiará. Si no sabes cómo enfrentar una problemática concreta puedes mandarme un mensaje si quieres  y te contestaré con los versículos apropiados.

Tus armas: Lectura de la palabra, y oración.

-EXTERNOS: Problemas laborales, de salud, económicos, legales, administrativos, y otro tipo de circunstancias que escapan a nuestro control son los que se incluyen en ésta categoría.  En ésta clase de problemas es fácil sentirse tentado a recurrir a ilegalidades o atajos que nos llevan a una situación aún peor. No te dejes llevar por esa trampa, Dios es Dios de toda la tierra. Él pone y quita reyes. Él es dueño del oro y la plata. Él tiene contados hasta el último de tus cabellos, ¿cómo no va a saber de qué cosas tienes necesidad?. Para nosotros ésta clase de problemas son terribles, pero Dios no los ve desde la misma perspectiva. Para Él son simplemente herramientas, sirvientes,  que Él usa para moldear tu vida conforme a su imagen. Él los pone y los quita a su voluntad y aunque te duela, algunos no los quitará de tu vida hasta que hayan cumplido la misión que Él quiere que cumplan en tu vida. Otros no los quitará hasta que aprendas a pelear contra ellos, o hasta que aprendas a entregarle esa área de tu vida por completo. Tu versículo clave para batallar en ésta área es Salmos 37:5 «Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.» Tu parte en éstos problemas es orar, confiar, y llamar a las puertas hasta que tú cambies o las circunstancias cambien.

Tus armas: Alabanza y ayuno.

Creo que éstas categorías abarcan todos los problemas que podemos afrontar en nuestra vida, y en Cristo siempre, siempre, siempre, siempre, siempre hay solución. Deja las fantasías y contempla la realidad: El Dios todopoderoso va contigo.

Reescribe en tu lista las soluciones adaptándolos a la verdad que encuentras en la palabra de Dios. Ponla en oración y en práctica con la ayuda de Papá.

 

 

 

 

Dios habla

Hace menos de un mes que se ha convertido mi primo. Siempre había creído en Dios pero a través del encuentro con Dios de su hermano se dió cuenta que realmente podía uno acercarse a Dios porque está ahi, existe. Cuando un amigo joven murió repentinamente se decidió a dar el paso y recibió a Cristo en su vida. Fue a la Iglesia por primera vez años y sintió que Dios le hablaba. Llegó a casa y releyó el pasaje de la predicación y sintió que Dios le volvió a hablar.

Dios habla constantemente. A través de su palabra, nuestro tiempo de comunión con Él, circunstancias, sueños, emociones, palabra profética, frases que oímos o leemos, comentarios de las personas, y muchas cosas más. Hasta animales y rocas (1). La creación entera habla de la gloria de Dios. Como cristianos, con el tiempo, nos acostumbramos a ello. Se convierte en algo normal. En algo casi rutinario. Escuchamos tantas predicaciones y tantos mensajes que de alguna forma nos insensibilizamos a la voz de Dios. Al principio sentíamos asombro, maravilla, cuando Dios nos hablaba en las cosas más sencillas. Ahora esperamos grandes señales o emociones para actuar y decir «ahora sí que sí voy a hacer algo al respecto de lo que Dios me ha hablado».

El ejemplo de mi primo me hizo reflexionar. Dios me habla bastante, pero ¿yo le respondo? A veces la respuesta es un «Ya seee..  ya me lo dijiste el otro día también» o un «tienes razón».  Pero muchas veces ni  respondo  por culpa vergüenza o lo que sea. ¿Qué hago con lo que Él me dice?

Él espera respuesta. Él espera una conversación. Él espera decisiones por nuestra parte. Él espera que tomemos en serio sus palabras y las grabemos en nuestro corazón (3). Si Dios te habla sobre tus prioridades, ¿a qué esperas? busca la forma de trabajar en ello y haz una lista de prioridades, elimina cosas que consumen tu tiempo y energía, haz cambios. Si Dios te habla sobre cuidar tu cuerpo y comer más sano ¿a qué esperas? hazte un menú mensual de comidas y compras, asesórate y aprende sobre alimentación sana. Si Dios te habla sobre dejar un pecado ¿a qué esperas? corre lejos de la tentación, hinca rodillas ante Él hasta obtener la victoria.

El Dios todopoderoso, que conoce hasta la última molécula de tu cuerpo, que con solo hablar creó todo lo que existe, que sostiene el universo; se ha tomado la molestia de preocuparse por tu situación. Esto no tiene nada de ordinario, ni normal, ni rutinario, ni común. Es algo extraordinario, fabuloso, magnífico y maravilloso.

Una buena noticia más. No estás sólo para enfrentar tus decisiones. No tienes que lograrlo con tus fuerzas. Si Dios te ha hablado y tomas la decisión de obedecerle, todo el poder, fuerza y recursos del Espíritu Santo de Dios están contigo para sostenerte y llevarte de gloria en gloria, de poder en poder y de triunfo en triunfo(4). Intentarlo por ti mismo no tiene sentido porque sin Él tú no puedes lograr nada(5). Sólo encontrarás dolor, desesperación y frustración en ese camino.

Dios puede y quiere ayudarte. No te ha hablado acerca de un imposible, porque Él no nos pide nada que no podamos soportar o alcanzar con su ayuda.  Así que por grande que parezca el gigante no temas, si Dios te mandó a enfrentarlo nada puede impedir que lo derribéis juntos.

 

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1- Números 22:28, Lucas 19:40

2- Salmo 19:1

3- Proverbios 3:3

4- 2ª Corintios 3:18, Salmos 84:7-9, 2ª Corintios 2:14

5- Juan 15:4-5

Navidad

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La Navidad en mi infancia era igual a muchas tradiciones y una montaña de regalos. Mi madre solía empaquetar no solo juguetes, sino todo tipo de cosas que pudiéramos necesitar; calcetines, gomas para el pelo, ropa, colonia, bufandas, y todo tipo de pequeños objetos; que sumados a algunos juguetes formaban un buen montón para cada una.

Si había muchos regalos, había más tradiciones aún. Limpieza pre-navideña, decorar la casa, hacer galletas, ponerse guapos, cenar temprano, leer todas las postales de navidad que habíamos recibido, leer el nacimiento de Jesús según Lucas, cantar villancicos, bailar con papa noel.. Y muchas más tradiciones que nos encantaban a todos, culminando cuando veíamos la película que habíamos recibido como regalo ese año, yéndonos a dormir super tarde, super felices y super cargados de regalos. Como niña no podía haber tenido mejores navidades.

Pero ahora estoy del otro lado. Me toca limpiar, cocinar, decorar y comprar. Además, por muchas razones, en los últimos años he tenido que replantearme mi concepto de navidad radicalmente.

Primero vivo lejos de mi familia y celebro la navidad con personas que celebran la navidad de forma muy diferente. Obviamente las cosas han cambiado, y está bien, puedo celebrar la navidad sin esas tradiciones. Pero entonces empecé a plantearme.. ¿Cómo quiero celebrar mi navidad? ¿Qué es lo importante para mi?

Segundo, hace algunos años me encontré con una realidad que no me afectaba en mi infancia. Durante y después de la navidad, empecé a encontrarme espiritualmente decaída. Los quehaceres de la época me absorbían tanto que dejaban hecha polvo. Intentaba que todo fuese perfecto y eso absorbía toda mi energía. Así que me planteé ¿Como es posible que una celebración cristiana me aleje de Dios?

Tercero, me he topado con una pequeña minoría de cristianos que opinan que no deberíamos celebrar la navidad en absoluto porque es una fiesta de origen pagano (que lo es) y que es del diablo y participar en ella es pecado (que no lo es). Pero sí me ha hecho replantearme ciertos símbolos y decoraciones que he decidido evitar (simplemente porque no edifican y desvían del punto principal de la navidad)

Ahora bien, si la navidad no es las tradiciones de mis padres, tampoco es el estrés de la planificación perfecta y tampoco es la decoración y la simbología que le da la sociedad. ¿Que es?

Sonará simple pero es un tiempo de recordar que Dios se hizo carne, y se acercó a nosotros para buscarnos porque nos habíamos perdido. Es un tiempo para buscarle a Él en adoración y agradecimiento por amarnos. Y también es un tiempo para demostrar a los demás el amor que sentimos y hemos recibido de Cristo.

He comprado detallitos a prácticamente toda la familia y probablemente escuche villancicos una tarde mientras hago galletas. Sin embargo no dejaré que nada se interponga entre mi papá y yo. Él es la razón de celebrar.