MENTIRAS QUE A VECES CREEN LOS HIJOS DE PASTOR 4

MENTIRAS QUE A VECES CREEN LOS HIJOS DE PASTOR 4

SOY DIFERENTE

No hay dos personas iguales. Ni siquiera los gemelos idénticos. Sin embargo, los seres humanos necesitamos esa sensación de ser aceptados dentro de un grupo de «iguales», de personas con las que tenemos cosas en común y que nos aceptan como somos. Sin embargo, ésta necesidad puede ser muy difícil de cubrir para un hijo de pastor.

Es normal que al ser cristiano, en el colegio a veces te vean como un «bicho raro», pero dentro de la Iglesia, uno debería poder encontrar gente con la que tener cosas en común ¿no?. Pues no siempre es así.

Por un lado los hijos de pastor recibimos un trato ligeramente diferente desde la infancia. Pueden ser grandes diferencias o cosas sutiles pero que sumadas son una gran diferencia.

Recibimos diferente trato, diferentes expectativas sobre nuestra vida, e incluso se nos aplican diferentes reglas. Por ejemplo mis hijos reciben regalos de navidad y cumpleaños de personas que no regalan nada a otros niños de la Iglesia. Personas de mi iglesia regañaban a otros niños pero a mí solo me miraban con desaprobación sin llegar a regañarme. Hay otros casos totalmente opuestos en los que los hijos de pastor son regañados con la cantinela de «tenía que ser el hijo del pastor» o «tú eres el hijo del pastor, ya deberías saber que eso no se hace» o simplemente reciben reprimendas más severas que los demás. A pesar de que lo nieguen o no se den cuenta,  los feligreses suelen tratarnos de forma diferente. Esto se acentúa especialmente en los hijos de misioneros ya que además se encuentran en una cultura diferente, y a veces hasta los demás niños les tratan diferente. Por ejemplo a mí en España me decían «la finlandesa» y en Finlandia me llamaban «la española». Así que fuera donde fuera tenía el sello de «diferente».

A veces son diferencias más sutiles pero son cosas que nos hacen llegar a la conclusión de que algo en nosotros es diferente (a veces con connotación positiva -soy especial- y otras negativa -algo en mi está mal).

Recibimos un trato diferente que cuando se suma con otras de las mentiras que ya hemos tratado en semanas anteriores, puede tener un gran poder destructor en la vida de un hijo de pastor.

«Soy diferente» puede hacerte sentir sólo en medio de la multitud, no tengo amigos porque soy diferente, no me entienden porque soy diferente… Eso se convierte en una tendencia a aislarse que te puede llevar dos extremos: a la depresión («no puedo contar con nadie») o al orgullo («yo no necesito a nadie»). Ésta mentira puede incluso interferir en tu capacidad  de desarrollar una amistad íntima con tu cónyuge. Llegas a pensar que no puedes abrirte con nadie, ya que no te entenderían porque eres diferente a ellos.

«Soy diferente» y aunque los demás no tengan que ser perfectos, yo sí. (MENTIRA 1)

«Soy diferente» y aunque los de mi edad no sepan, yo ya tendría que saber (MENTIRA 2)

«Soy diferente», existo para los demás (MENTIRA 3)

«Soy diferente», y por eso no encajo en ningún grupo ni puedo tener amigos de verdad (MENTIRA 4)

Es cierto que para un hijo de pastor puede ser más difícil hacer amigos. Puede que no te dejen tener amigos fuera de la Iglesia, y puede que los jóvenes de la Iglesia te traten de forma diferente, impidiendo que te muestres como realmente eres. Mi experiencia es que se puede, pero no es sencillo. Lo voy a resumir en unas recomendaciones:

1- El que quiera tener amigos ha de mostrarse amigo. Busca alguien en tu situación: que le cueste hacer amigos. Ofrécele tu amistad, tu compañia y tu ayuda. Puede que coseches un amigo genuino para toda la vida.

2- Prueba a las personas antes de confiar en ellas completamente. Hay personas que se acercarán por ti por tu «posición», comprueba su fiabilidad antes de abrir todo tu corazón.

3- Dios es el mejor amigo que puedes tener. Lo sé. Lo has escuchado un millón de veces. Pero pruébalo. Dios puede ayudarte a encontrar amigos también.

4- Date cuenta que hay muchos tipos de amistades, no esperes siempre lo mismo. Hay amistades en las que tú eres el paño de lágrimas y hay otras en las que es al revés. Hay amistades de ver a diario y hay amistades en las que no pasó el tiempo aunque lleveis años sin veros. Acepta cada persona tal y como es y acepta también que clase de relación puedes tener con ella.

5- Por confiable y maravillosa que sea una persona no puedes poner toda tu confianza y fe en ella. Solamente Dios merece esa clase de confianza, porque las personas fallan y dañan.

6- Por mi experiencia diría que es más fácil para un hijo de pastor encontrar amistad verdadera en la juventud que en la adolescencia. Pero todo pasa por saber quien eres. Cuando sabes quien eres es más fácil relacionarte con los demás y conectar. Normalmente eso se averigua en esas relaciones con tus amigos en la adolescencia, pero los tengas o no los tengas, el que mejor te conoce y mejor te puede ayudar en esa tarea es Cristo.

7- A veces «soy diferente» impide que dejes a la gente acercarse. Creeme, hay mucha gente que ha pasado circunstancias similares a las tuyas y que puede entenderte. No dejes que «soy diferente» te aísle y no te permita descubrir a esas personas.

La verdad te hace libre. Y la verdad es que aunque hayas tenido más privilegios y más luchas que otros cristianos eres simplemente un hijo de Dios. Dios no mira lo que ven los hombres, a Dios no le interesa tu status social. Dios no te exige más por ser hijo de tal o de cual. Ante Dios estás al mismo nivel que cualquiera y a la vez te ama como nadie. No eres especial por ser hijo de pastor, eres especial por el precio de sangre que Cristo pagó por ti, por nada más. Necesitas ministración, ánimo, oración y consejo como los demás. Necesitas ser discipulado. Necesitas amigos de confianza y maduros. Pídele a Dios que ponga a tu alrededor personas maduras de confianza y también renuncia en voz alta a la mentira de que «soy diferente» para que nada impida que puedas confiar en esas personas que Dios pone en tu camino.

Basado y modificado del libro «Tengo que ser perfecto» por Timothy L. Sanford. Usado con permiso del autor. Disponible en Amazon.

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