El sello del Espíritu Santo.

El sello del Espíritu Santo.

La palabra de Dios compara al Espíritu Santo con muchos elementos diferentes, cada uno con una simbología diferente que nos describe lo maravilloso que es poder contar cada día con su presencia en nuestras vidas.

EL ESPÍRITU SANTO ES:

*FUEGO: Para quemar lo que no sirve, para llenarte de valor para testificar, para darte poder e iluminar tu vida. Mt. 3:11.

*VIENTO: Para empujarte suavemente en la dirección correcta con su silbido apacible. Jn. 3:8.

*AGUA: Para limpiar tu alma, para saciar tu sed espiritual, para refrescarte. Jn. 7:37-39.

*ACEITE: Para sanar tus heridas, para perfumarte. Lc. 4:18; Heb. 1:9.

*PALOMA: Para tratarte en forma delicada y sensible, pero es fácilmente contristado. Mt. 3:16.

*VINO: Para alegrar tu corazón. Hch. 2:4, 12-13; Ef. 5:18.Salmo 104:15

Todas éstas características del Espíritu Santo tienen que llenarnos de alegría porque ese es el Espíritu Santo que cuida de nosotros cada día con amor y paciencia. Sin embargo quiero centrarme en una comparación que acabo de descubrir. Y es que el Espíritu Santo es sello. Ef. 1:13, 2ª Corintios 1.22,Daniel 6.17.

El símbolo del sello simboliza varias cosas:

  • El sello denota una transacción terminada, en los tiempos de la Biblia el sello demostraba la propiedad. El Espíritu mismo es el sello que Dios el Padre pone en el corazón del creyente a fin de asegurarle la certeza de una transacción completa. Hemos sido comprados y el Espíritu Santo es EVIDENCIA de nuestro nuevo dueño y de nuestro nuevo estado.
  • El sello es puesto sobre una cosa de valor y demuestra que algo es genuino, incambiable y de gran valor. Comprar un chicle no requiere de sello alguno, pero los objetos valiosos necesitan de certificados de autenticidad sellados. Somos valiosos ante Dios, Él nos tiene bien localizados y certificados.
  • El sello también daba autoridad, y prometía seguridad. Dios con su autoridad ha autorizado nuestra compra, nos ha garantizado que le pertenecemos y que estamos autorizados a ejercer como sus hijos con todo lo que ello implica. Ante los ataques del enemigo podemos mostrarle nuestras «escrituras de propiedad» selladas y él pierde automáticamente su poder. Está indefenso ante la autoridad de Dios.

Cuando compras una casa la acomodas a tu gusto, la reformas, limpias, traes muebles nuevos, pintas y un largo etc. Haces todo eso porque quieres que la casa esté bonita y poder disfrutar tu nuevo hogar. Cuando el Espíritu Santo nos corrige, nos enseña, nos cambia y nos limpia, a veces nos duele. Sin embargo esas «reformas de propietario» que Él hace son evidencia de que 1- Somos suyos 2- Él nos ama 3- Él va a quedarse con nosotros para siempre.

LAS REFORMAS DOLOROSAS QUE DIOS HACE EN NUESTRA VIDA SON EVIDENCIA DE SU AMOR

 

 

 

Deja un comentario