Fantasía o realidad

Para empezar te quiero proponer un ejercicio: coge papel y boli y haz una lista. Escribe las cosas que piensas que no andan del todo bien en tu vida/familia/ministerio. Cuando acabes revisa la lista y anota al lado de cada problema cual crees que sería la solución al mismo. Sé sincero contigo mismo, quizá en alguno quieras escribir «ésto es imposible», escríbelo con tranquilidad.

Guarda ésta lista y sigue leyendo, volveremos a ella más tarde.

Conozco un pastor, llamémosle Fede, que me hizo darme cuenta de cómo hay veces que fantaseamos para no afrontar la realidad. Cada vez que hablábamos y salía un tema relativo a la Iglesia el decía cosas como:

– «Hay muchas Iglesias sanas en nuestra ciudad, no sé si la nuestra es necesaria».

– «Si los miembros de nuestra Iglesia se uniesen con esa Iglesia grande no habría ninguna diferencia»

– «El Señor quiere que su Iglesia sea unida, debería haber una sola Iglesia en nuestra ciudad».

Siempre así. Yo le escuchaba y le escuchaba hasta que un día de pronto me cansé de la misma cantinela. «Fede», le dije «por supuesto que sería maravilloso que no hubiera denominaciones ni divisiones en la Iglesia del Señor. Pero es una utopía, es inalcanzable mientras seamos imperfectos. Es un ideal bonito pero tienes que desecharlo de tu mente porque lo que estás haciendo es fantasear, y la fantasía te impide afrontar la realidad».  Los humanos no somos capaces de no discutir y estar en desacuerdo en algunas cosas. De todas formas es algo que Dios utiliza para el avance de su reino, hay diferentes tipos de Iglesias para diferentes tipos de personas. Existen Iglesias centradas en el evangelismo, Iglesias centradas en la obra social, Iglesias centradas en el trabajo juvenil, y todas tienen su razón de ser, todas alcanzan diferentes personas en la sociedad.

Me di cuenta que cada vez que Fede notaba algo que no iba bien en la Iglesia, su pensamiento se iba a ese escondite en su mente «esta Iglesia debería unirse con otras, así desaparecería el problema, así se arreglaría, así no tendría que enfrentarme a ello». Y si algo salía mal eso justificaba su fantasía «ésto no pasaría si sólo hubiera una Iglesia unida en mi ciudad». Además,  no tomaba realmente cartas en el asunto para arreglar la situación, su tiempo se iba en lamentarse de la situación y fantasear con una salida utópica e imposible.

Os pongo otro ejemplo. Conozco una mujer, llamémosla Fany, ella fantasea con morir. Su madre murió joven y ella tiene problemas de salud que se arreglarían con un cambio de hábitos de vida. Sin embargo, en vez de afrontarlo y hacer cambios en su vida, cada vez que se encuentra mal o le duele algo dice cosas como:

– «Bueno, si me muero ya sabéis donde están los papeles del seguro de vida».

– «Por si me muero esta noche, que sepáis que os quiero, yo me voy con el Señor».

– «Carlos, si me muero, tienes mi permiso para volver a casarte».

Tanto habla del tema que su esposo me ha confesado que a veces imagina cómo sería todo si ella muriese. Para ella, cambiar sus hábitos es un imposible tan grande que ha asumido su muerte como una salida, como un hecho. Piensa que es la solución. Obviamente la muerte es posible, pero no es la respuesta adecuada para resolver un problema.

Somos cristianos, hijos de Dios. Tenemos problemas y desafíos por delante, pero tenemos un Dios todopoderoso que abre caminos en medio del mar y que es fuerte en nuestras debilidades. A veces justificamos una falta de confianza en Dios con fantasías, ilusiones e imaginaciones. Éstas falsas creencias pueden hacerse tan grandes a nuestros ojos que llegamos a verlos como parte de la realidad. Pero son mentiras. En Dios siempre hay solución, Él siempre tiene fuerzas que darnos para seguir avanzando.

En los planes de Dios no está que la Iglesia de Fede desaparezca.

En los planes de Dios no está que Fany muera.

En los planes de Dios no está que tú seas engañado por fantasías, sino que con su poder y de su mano seas más que vencedor en todo aquello que vives día a día.

Lee otra vez la lista que has escrito al principio. ¿Hay alguna fantasía en ella? Quizá te engañas a ti mismo en esa área de tu vida y necesitas afrontarla desde un punto de vista más real y de fe.

Vamos a ver algunos tipos de problemas y su solución.

– INTERPERSONALES: Hay problemas que tenemos con otras personas, y por mucho que pongamos de nuestra parte, siempre queda la otra mitad del problema que depende de la otra persona. Debemos examinarnos ante Dios y poner todo de nuestra parte. yo suelo orar diciendo «Dios, si esto es culpa mía házmelo ver y cámbiame a mí, pero si es culpa suya haz lo mismo con él/ella». Si la culpa es tuya lee sobre ello en el siguiente punto, pero hay veces que no depende de nosotros, sino del otro, y en eso no podemos influir, de hecho puede que cuanto más lo intentemos peor vaya todo. Es un problema en el que la otra persona debe cambiar. La solución no es machacarlo psicológicamente con sermones constantes,  ni fantasear con que se muera, por fuerte que suene. El único que puede cambiar a otras personas es Dios. Si es inconverso, el enemigo puede estar obrando a través de él/ella para molestarte y Dios tomará control de esa situación a través de la oración. Si es creyente, el Espíritu Santo que está en él/ella puede corregirle y traerle al arrepentimiento y al cambio.

Tus armas: Oración y ayuno.

-INTERNOS: Lucha con el pecado, lucha con el carácter, temores, inseguridades, depresión y un largo etcétera se presentan como grandes gigantes en nuestras vidas. Podría citarte muchísimos versículos para ésto pero reduzcámoslo a dos.

Juan 8:32 RV1960″ y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».

La mentira te ata, y la fantasía no es una excepción. La mentira te impide avanzar y tomar las soluciones que están delante de ti. La mentira puede llegar a tener raíces tan profundas en tu vida que te impida completamente ver la verdad, pero eso no cambia que es una mentira. La lectura de la palabra de Dios no es un mero rito, la palabra de Dios tiene poder transformador. Cuando el Señor nos dice «pensad en todo lo bueno, lo justo y lo puro» y » pon éstas palabras en tu mente y tu corazón», está diciendo que su palabra, su verdad, tiene que estar en nuestra vida presente en todo momento de tal forma que llegue hasta nuestras emociones, hasta nuestro corazón.  Si la verdad está escrita en nuestro corazón las mentiras pierden su poder sobre nosotros.

Romanos 12:2 NTV No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

El antídoto para cualquier clase de problema interno está en la palabra de Dios. Si nuestra manera de pensar cambia por medio de la palabra y del poder del Espíritu Santo, toda nuestra vida cambiará. Si no sabes cómo enfrentar una problemática concreta puedes mandarme un mensaje si quieres  y te contestaré con los versículos apropiados.

Tus armas: Lectura de la palabra, y oración.

-EXTERNOS: Problemas laborales, de salud, económicos, legales, administrativos, y otro tipo de circunstancias que escapan a nuestro control son los que se incluyen en ésta categoría.  En ésta clase de problemas es fácil sentirse tentado a recurrir a ilegalidades o atajos que nos llevan a una situación aún peor. No te dejes llevar por esa trampa, Dios es Dios de toda la tierra. Él pone y quita reyes. Él es dueño del oro y la plata. Él tiene contados hasta el último de tus cabellos, ¿cómo no va a saber de qué cosas tienes necesidad?. Para nosotros ésta clase de problemas son terribles, pero Dios no los ve desde la misma perspectiva. Para Él son simplemente herramientas, sirvientes,  que Él usa para moldear tu vida conforme a su imagen. Él los pone y los quita a su voluntad y aunque te duela, algunos no los quitará de tu vida hasta que hayan cumplido la misión que Él quiere que cumplan en tu vida. Otros no los quitará hasta que aprendas a pelear contra ellos, o hasta que aprendas a entregarle esa área de tu vida por completo. Tu versículo clave para batallar en ésta área es Salmos 37:5 «Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.» Tu parte en éstos problemas es orar, confiar, y llamar a las puertas hasta que tú cambies o las circunstancias cambien.

Tus armas: Alabanza y ayuno.

Creo que éstas categorías abarcan todos los problemas que podemos afrontar en nuestra vida, y en Cristo siempre, siempre, siempre, siempre, siempre hay solución. Deja las fantasías y contempla la realidad: El Dios todopoderoso va contigo.

Reescribe en tu lista las soluciones adaptándolos a la verdad que encuentras en la palabra de Dios. Ponla en oración y en práctica con la ayuda de Papá.

 

 

 

 

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